“Mujeres y hombres con manos”, Griselda Coss

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V Foro Femenino
24-11-2012 Bilbao, España

“Si el hombre piensa es porque tiene manos”
Anaxágoras

“El arte de los títeres es el más bello regalo que el hombre ofrendara
a sus manos que todo lo producen y todo lo crean”

Otto Alfredo Freitas, titiritero argentino

Las manos creadoras de hombres y mujeres han dejado rastros, han producido y producen riqueza material que muchas veces se traduce en ganancia y productividad, y otras son quehaceres cotidianos o creaciones de la imaginación y para la imaginación, clasificadas como artísticas o artesanales –dependiendo de las estructuras y políticas culturales imperantes del poder hegemónico–, donde el pensamiento o intelecto está considerado por encima del hacer manual, en estas sociedades occidentalizadas, aunque para materializar las ideas necesariamente se transite por la danza del hacer con las manos.

Asimismo, los quehaceres clasificados como cotidianos se asocian y pertenecen, generalmente, al mundo doméstico, ámbito en el que la mujer sigue siendo la encargada de realizarlos. Y en sociedades como las nuestras, con una ideología marcadamente capitalista, de compra y consumo desmedido, los quehaceres domésticos no producen, por lo tanto no valen y por consecuencia quien los realiza tampoco. ¿Estas mujeres y sus quehaceres hechos con sus manos son invisibles? Ocupadas siempre en el bienestar del otro: algún hombre o mujer que “sí trabaja”, es decir que recibe un pago por su trabajo –y aun el trabajo domestico pagado es subestimado en casi todas las sociedades.

Frecuentemente, el artista –sobre todo aquel que no es reconocido por el poder paternalista del Estado– comparte está realidad: la desvalorización o subestimación de su labor. Y el arte de los títeres es una de esas actividades creadoras que si bien ha figurado en casi todas las esferas humanas –en la educación, en lo ritual, en lo social, en lo político, en la salud, entre otras–, pocas veces ha sido considerado como un arte digno de estudio y se les ha excluido de las academias de artes.

Grandes personalidades de distintas disciplinas artísticas como Johann Wolfgang Goethe, Luis Buñuel, Antonin Artaud, Joan Miró, Manuel de Falla, Federico García Lorca, entre otros, han pasado por el mundillo de los títeres para más tarde proseguir su camino por las artes que les dieron renombre y que sí son reconocidas: el cine, la literatura, la música, la pintura, etc. ¿Estos ámbitos artísticos habrán alcanzado este reconocimiento por la labor creativa de estos grandes artistas?¿Qué pasa entonces con el arte de los títeres, será que no se ha producido algo sobresaliente? Los nombres conocidos en este ámbito son casi siempre del género masculino: Sergei Obraztsov, Michael Meschke, Javier Villafañe, Ariel Bufano, en México Roberto Lago, Maese Villarejo, Francisco Porras, Jim Henson (Estadounidense, popularísimo por su creación de los muppets y sus series televisivas trasmitidas en varios países), Peteer Shuman, Philippe Genty, George Sand (Amandine Aurore Lucille Dupin, encubierta en un nombre masculino) entre otros tantos, aunque esta claro que no hay un reconocimiento equiparable al de las otras artes.

Por su parte, también resulta curioso el hecho de que, al cuestionamos acerca de cuáles son los personajes títeres conocidos a nivel nacional o internacional, la respuesta será casi seguramente, los nombres de personajes masculinos.

Por otro lado, en el caso concreto de las mujeres tiriteras respecto al reconocimiento de su labor creativa, la situación se presenta todavía más opaca, ya que aunque han tenido una presencia fundamental en este ámbito del teatro de títeres, pues han sido muchas las creadoras de vestuario, telones, administradoras, escritoras, demiurgos, animadoras de los títeres entre otras tantas actividades que conforman esta actividad teatral, y aunque durante los siglos XIX y XX por regla general, sus actividades las ubicaban detrás de los telones, asistiendo a sus esposos o hijos, en algunos casos llevaban la responsabilidad completa de sus compañías, sobretodo cuando se quedaban viudas y con hijos pequeños.
En México hay una gran lista de mujeres dedicadas a este arte, entre los nombres más destacados del siglo XX podemos mencionar a Lola Cueto, su hija Mireya Cueto, Dolores Alva de la Canal (nacida en Venezuela), Rosario Castellanos, Graciela Amador, y una infinidad más de mujeres que contribuyeron al crecimiento y desarrollo de esta actividad creativa.

Actualmente en México, Latinoamérica y quizá en el mundo entero, la tendencia en la organización de los grupos -quizá debido a la economía-, son los duetos, y casi siempre los integran un hombre y una mujer unidos en pareja. En donde ellos: los hombres son los directores, creadores, dramaturgos, productores y ellas son las ayudantes, pupilas, animadoras y administradoras de su proyecto creativo. ¿Ellas mismas prefieren verse como ayudadoras de sus compañeros? Muchas veces sí, aunque sean ellas las que lleven la mayor carga de trabajo, y en algunos casos estas titiriteras son las mismas que sumándose a sus parejas descalifican los encuentros y festivales con temáticas de género porque al desconocer el tema, la primera reacción que surge es la crítica, ya que se piensa que la postura al hablar de género, siempre será la de victimización de la mujer y que las temáticas se centrarán sólo en el género femenino para atacar y descalificar lo masculino, por lo tanto estos eventos que tienen como principal objetivo debatir situaciones de subalternidad aún presentes, y sobretodo visibilizar el trabajo intelectual y la labor creativa de las titiriteras, lamentablemente, muchas veces son desestimados por las propias protagonistas.
Como titiritera mexicana, una de mis principales reflexiones es hacer visible está situación aun presente de subalternidad, pero también recuperar nuestra historia de mujeres y hombres dedicados a está profesión, realizándolo mediante el estudio, la investigación y el trabajo etnográfico, a través de entrevistas a personalidades poco conocidas, aun en el medio titeril y ausentes en los archivos. Y respecto a la labor de las titiriteras ya desaparecidas que sí fueron reconocidas en este ámbito, me parece muy importante no olvidarlas, recuperando su hacer y sus memorias en encuentros de teatro de títeres dedicados a ellas.

El ejercicio de la memoria y el reconocimiento de nuestras antecesoras es esencial como labor fundamental para reestructurar las experiencias y saberes titeriles de mujeres, que muchas veces se tornan invisibles porque casi siempre están difractados. Por lo que, otra de las labores importantes es seguir reuniendo estos fragmentos de historias de vida para que no se pierdan estas experiencias femeninas, vitales en la creación del arte de los títeres al rededor del mundo. Y al que mucho contribuyen los foros y encuentros de títeres en femenino.

Las mujeres con sus manos en todas las culturas han sido curanderas, chamanas, parteras, las que alimentan a sus vástagos. Son las paridoras de historias y detonadoras de la imaginación. Las negras africanas, traídas como esclavas a América a partir del siglo XVI, contaban historias bajo las ceibas para que sus descendientes no olvidaran su origen. Las indígenas del Continente Americano aún tejen en sus ropas las historias de sus pueblos. Y son las mujeres las que casi siempre enseñan el habla a sus descendientes, introduciéndolos en el mundo cotidiano y en el de la imaginación.

Empecemos a citar mujeres, recordemos las historias de nuestras madres y abuelas, para aprender de sus fortalezas y sus flaquezas, revalorando sus quehaceres y los nuestros, caminemos los caminos en compañía solidaria con hombres y mujeres, como mujeres creadoras, paridoras de historias, no sólo como seres competitivos que ganan dinero y alcanzan éxitos a la par de los hombres, pero que siguen poniendo su feminidad en la balanza de los paradigmas masculinos que nos condicionan.

Reconozcamos que muchas veces somos las propias mujeres las que actuamos de una manera violenta contra el mismo género para “marcar territorio” -esta actitud inconsciente y ciega sólo nos empobrece-. Aceptemos que no somos las únicas en este arduo camino titeril, que muchas mujeres y hombres nos antecedieron con su labor creativa, resistencia y lucha para dignificar nuestra actividad teatral, y que muchas vienen detrás nuestro.

Tengamos los ojos y los sentidos abiertos para saber “lo que es y lo que no es” (lo esencial, nuestro sentido de vida) para cada una de nosotras: Estas fueron algunas de las palabras, que se me grabaron y que siguen cobrando un gran sentido en mi vida, de mi encuentro con Tere Marichal, escritora, titiritera, creadora puertorriqueña, una de las mujeres con las que tuve la fortuna de encontrarme junto con Ana Lia Zamorano, Claudia Verdecchia y mi querido Quique Di Mauro (estos tres últimos, de nacionalidad argentina) como participantes en el XXIX Festival Internacional de Títeres de Bilbao y Tercer encuentro de Títeres en Femenino, en noviembre del 2010 organizado y generado por el valioso esfuerzo de otra mujer que también ha escogido el arte de los títeres como eje de su vida, la maestra Concha de la Casa.

Esta entrada fue publicada el Jueves, 21 de febrero de 2013 a las 17:33 pm y está archivada en la categoría Ponencias. Puedes seguir los comentarios de esta entrada a través de la sindicación RSS 2.0 . Puedes dejar un comentario, o un enlace desde tu propio sitio.

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